La Guerra Sucia se asocia con cientos de miles de personas desaparecidas, asesinadas, ausentes. Los medios de comunicación fueron censurados y la libertad reprimida. Fue una época aterradora para todos los argentinos. Por lo tanto, es fácil entender por qué quieren olvidar todo lo que pasó: el horror, las muertes, la opresión. No fue una época para glorificar o sentirse orgulloso. Todo lo contrario. Si bien es fácil comprender por qué los argentinos quieren olvidar e ignorar, lo cierto es que sin recordar y sin hablar de los errores, no se puede crecer. La represión de la memoria debe detenerse porque para el progreso y desarrollo de un país es necesario aceptar y hablar del pasado. Esta necesidad encuentra un lugar para expresarse en la literatura y los medios de comunicación en Latinoamérica hoy en día. El crecimiento de Latinoamérica, Argentina específicamente, depende del reconocimiento y aceptación del pasado.
La literatura latinoamericana de las últimas décadas está repleta de obras que se refieren a las atrocidades cometidas por los gobiernos militares contra la sociedad. A pesar de que sigue existiendo la inestabilidad y corrupción en Latinoamérica, las condiciones han mejorado mucho. Los defensores de los derechos humanos han logrado introducir muchas mejoras en los códigos legales de estos países (Hunter). Es indudable que todavía hay muchos delitos que deben abordarse y corregirse. El respeto de la dignidad de cada persona es algo que necesita ser incorporado como un valor por la sociedad para poder trasladarse a sus gobiernos y evitar que se repitan los abusos que abundaban en el pasado. Para lograr esto, los autores latinoamericanos tienen el poder de compartir sus experiencias y usar sus palabras para cambiar el mundo. A través de sus obras, los escritores tienen la posibilidad de relatar situaciones de abuso y mostrar lo que realmente ha sucedido, sus causas y sus consecuencias. Así, contribuyen a un proceso de concientización que permite a sus pueblos, recordar, entender y corregir para poder escribir una historia mejor, más justa de cara al futuro.
No cabe duda que aquellos que se opusieron a los gobiernos militares en la Argentina entre 1976 y 1983, sufrieron una cruel persecución y fueron víctimas de excesos de poder y violencia. En La dimensión desconocida, Fernández da ejemplos de los metodos de tortura que se usaron en Chile (Fernández, pág. 18-19). Cosas similares sucedieron en otros países durante las épocas de la dictadura y la represión (Buttaro). Muchos escritores han asumido la responsabilidad de trasladar estas experiencias a historias que al ser leídas no caen en el olvido. Mucha gente quiere olvidarse de este tiempo debido a su violencia, pero los autores no dejan que esto ocurra. Exponen al lector a una realidad que se ha tratado de esconder, con las motivaciones detrás de los abusos cometidos, con el destino de aquellos que se oponían a los mecanismos represivos.
La práctica de castigos físicos y psíquicos por parte de aquellos en el poder sobre el cuerpo social con el objetivo de eliminar o dominar a los opositores no es nueva en la historia. Valenzuela muestra esta dominación en su cuento “Los censores”, mostrando el control completo de los que estaban en el poder y cómo eliminaron la libertad de hablar y comunicar (“Los censores”, pág 251-254). Los acontecimientos ocurridos en la Argentina en este periodo de la Guerra Sucia han sido narrados desde dos perspectivas opuestas, la de los represores o la de sus víctimas, que se disputan la realidad histórica (Buttaro). La memoria colectiva del pueblo es esencial para rescatar los hechos del olvido forzado y comprender la verdadera historia.
En Argentina, a partir de la restitución de la democracia, se creó una comisión para investigar lo que había ocurrido. El grupo Madres de Plaza de Mayo reclamó la investigación sobre el destino de sus familiares desaparecidos. Mostraron al público los relatos de muchos sobrevivientes. La investigación culminó en un informe llamado “Nunca más” que constituye una denuncia a los abusos cometidos por el gobierno militar durante esta época (Di Marco). Después del informe, se hizo imposible dar la espalda y justificar las atrocidades cometidas por la dictadura militar. En respuesta, surgió la asociación llamada Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión (FAMUS) que se apropió del discurso de las entidades de derechos humanos y mantuvo la posición de que los militares también habían sido víctimas de la violencia, en su caso de la violencia de la subversión (Medeiros-Lichem). Para este grupo, la dictadura era como una defensora de la patria y la democracia y su activismo logró la promulgación de leyes que redujeron las condenas de militares acusados de crímenes contra la humanidad (Hunter). La realidad es que, en esta situación, la desigualdad de poder elimina la validez del reclamó. Los gobiernos posteriores han ido modificando su actitud sobre esta sección de la historia reciente en Argentina. Algunos querían olvidar el pasado y pensar en el futuro y, por lo tanto, frenaron el proceso de construcción de la memoria colectiva. Otros, más recientemente, reconocieron la importancia del saber lo que pasó, de discutir los abusos, de generar documentos que relatan los sucesos en un esfuerzo por educar a la población en las consecuencias indeseables de estos abusos, de despertar una conciencia que permita a cada ciudadano proteger su libertad individual y, por extensión, la de su pueblo (Di Marco). Hay una importancia en salvar las memorias del olvido para “reconstituir la identidad tanto colectiva como personal” (Di Marco, pág. 7). Es importante poner énfasis en el hecho de que este punto de vista sólo ha ganado aceptación recientemente, y no habría sido capaz de ganar popularidad inmediatamente después de la guerra.
Muchos escritores exploraron estos temas y los plasmaron en obras literarias que, si bien no dejan de ser artísticas, son documentos de lo que pasó en los años oscuros de la dictadura militar en la Argentina. Desde el país o desde el exilio, en la forma de novelas, cuentos cortos, poemas, canciones o guiones de películas, estos autores han hecho un aporte invaluable a la preservación de la memoria. Y no solamente podemos ver esto en los libros, sino en canciones como “Quien quiera oir que oiga” de Litto Nebbia. La letra dice “Cuando no recordamos / Lo que nos pasa / Nos puede suceder / La misma cosa / Son esas mismas cosas que nos marginan / Nos matan la memoria / Nos quitan las ideas / Nos queman las palabras” (Nebbia). Esta canción muestra la obsesión con la represión y dice que el olvido es lo que nos atrapa en el pasado con sus errores y abusos. Hay miles de obras como esta. Por esto, por sus obras inolvidables e invaluables, los autores y artistas han ayudado a los ciudadanos a conocer los hechos y entender lo que realmente pasó en su propia historia. Estas obras nos muestran cómo la doctrina del gobierno autoritario se desparramó en la sociedad que aceptaba crímenes como cosas normales, que justificaba la violencia y la crueldad.
Entre esos autores se encuentra Luisa Valenzuela. Valenzuela explora los efectos de los gobiernos dictatoriales en la psiquis de las personas. Sus obras nos permiten una mirada en las vivencias de la gente en esos años. El propósito es la concientización, despertar curiosidad en lo que pasó para que cada uno haga su investigación, discrimine lo bueno de lo malo y trabaje para evitar que estos abusos y errores vuelvan a pasar.
Valenzuela es una autora feminista que mezcla la fantasia con la realidad y usa una forma de humor y un estilo satírico para examinar y descomponer los sucesos y acciones de la dictadura militar. En todas sus obras, trata de mostrar el poder absoluto del gobierno y también sugiere que es posible romperlo y tener éxito y paz, pero la única manera de hacer esto es la concientización. En “La llave”, la victoria de la mujer con pañuelo blanco, que es un símbolo de las mujeres argentinas y el símbolo de las Madres de la Plaza de Mayo, llegó cuando abrió los ojos y vio lo que realmente había pasado en su propio lugar (“La llave”, pág. 97). Este mensaje también existe en “Los censores” pero es una imagen opuesta a la primera obra. En esta historia, Valenzuela da el ejemplo de alguien que no concientiza, que no se abre los ojos para ver lo malo del gobierno, y muestra que la consecuencia es la muerte de la mente y del cuerpo (“Los censores”, pág. 251-254). Esta obra también muestra los profundos cambios psicológicos que el autoritarismo produce en el público (“Los censores”, pág. 253). Es muy difícil reconocer lo que está pasando y mantener la salud mental o física bajo un régimen como éste. Para Valenzuela, la única cosa que importa es la concientización porque sin esta no cree que podamos seguir adelante como individuos, como pueblo.
Es importante destacar que la mayoría de estos libros y películas fueron escritos o filmados mucho años después de la época de terror. Es difícil pensar en el terror cuando el terror aún no es una memoria, sino una realidad. Incluso años después, es difícil perder las costumbres del pasado, nacidas de la opresión de pensamientos y libertad y la necesidad desesperada de sobrevivir a través de cualquier medio necesario. En Una misma noche, una novela escrita por el argentino Leopoldo Brizuela, el narrador habla de la impresión que un incidente en el pasado dejó en las costumbres de su familia. Muchos años después, él narrador menciona “las tres cerraduras que mi padre … instaló en la puerta del garaje”, mostrando los remanentes del miedo y paranoia de los años anteriores (Una misma noche, pág. 13). También dice que a pesar de que la memoria de la mamá está faltando, ella puede recordar exactamente lo que pasó durante esa noche unos veinte años anterior, diciendo “¿Pero cómo no me voy a acordar?” (Una misma noche, pág. 25). Por lo tanto, es fácil entender porque no hay obras creadas inmediatamente después del terror. Sin embargo, hay una necesidad de estas obras, para el reconocimiento del pasado, para la concientización para que el país pueda avanzar.
Durante las épocas de terror, como la de la Guerra Sucia, la libertad fue completamente reprimido. Incontables personas desaparecieron y fueron asesinadas, los medios de comunicación fueron censurados, todos vivían en terror. Por lo tanto, es obvio porque no había literatura que hablaba de esos temas inmediatamente después. No era una época para recordar o glorificar. Para muchos, fue una época de impotencia y pérdida. Querían olvidar todo lo que pasó, el horror y la sangre, porque al olvidar, estos problemas parecen no afectar. A pesar de que es fácil entender las razones de esta negación de los hechos, sin recordar y sin hablar de los errores, no se puede crecer. No es posible mantener esa negación porque va a parar el progreso y el desarrollo del país. Por el contrario, es imprescindible aceptar y hablar del pasado. Muchos autores y artistas latinoamericanos están de acuerdo con esto. Escriben ahora acerca de esa época para desarrollar la concientización y llamar la atención a todo lo que queremos olvidar e ignorar. El crecimiento de Latinoamérica depende del reconocimiento y aceptación del pasado, de la concientización de su gente, sino se quiere quedar en la misma situación de represión y paralización.
Bibliografía
Brizuela, Leopoldo. Una Misma Noche . USA Publishing Company, 2012.
Buttaro, Lucia. “The Narration of Trauma: The Guerra Sucia in the Argentinean Novel and
Film.” LL Journal, https://lljournal.commons.gc.cuny.edu/2009-2-buttaro-text/
Di Marco, José. “Ficción y Memoria En La Narrativa Argentina Actual : La Escritura Como Táctica.” Memoria Académica, 2003, https://memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.11/ev.11.pdf
Fernández, Nona. La dimensión desconocida . Penguin Random House Grupo Editorial, 2016.
Hunter, Wendy. “The Dirty War and Its Aftermath: Recent Contributions on the Military and Politics in Argentina.” JStor, 1999, https://www.jstor.org/stable/2503918?seq=1#metadata_info_tab_contents
Medeiros-Lichem, María Teresa. “El Rol De Las Narrativas De Victimización Arbitraria En La Concientización De Derechos Humanos.” ProQuest , 2013, https://www.proquest.com/docview/1473542070
Nebbia, Litto. “Quien quiera oír que oiga.” Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=xJO425vYR68.
Valenzuela, Luisa. “La llave.” Cuentos Completos y Una Más , Alfaguara, S. A., México, 1998, pp. 93–97.
Valenzuela, Luisa. “Los censores” Cuentos Completos y Una Más , Alfaguara, S. A., México,
1998, pp. 251-254.
Lourdes Benencia Courreges
Hola, mi nombre es Lourdes Benencia Courreges. Soy una estudiante de lingüística en la Universidad de Chicago. Mis padres son de Argentina, ambos crecieron en Buenos Aires, y yo nací aquí en los Estado Unidos. Cuando llegué a la universidad, tuve la oportunidad de tomar una clase con la profesora van den Hout-Huijben y así pude aprender más de la historia latinoamericana.