This essay was written after discussions in the class SPAN 20402 “Curso de redacción académica para hablantes nativos” taught by Juliano Saccomani in Winter 2025.
La historia de Latinoamérica es diversa y compleja. En el siglo XX, ha estado marcada por un gran sufrimiento debido a regímenes corruptos. Uno de los fenómenos más recurrentes ha sido el exilio: la expulsión forzada de individuos de sus países, muchas veces obligándolos a sobrevivir en condiciones severas. Aunque el exilio pueda representar una oportunidad de crecimiento (ya que aleja a las personas de la opresión), también tiene sentimientos complejos de nostalgia y tristeza por la separación de su país y familia. Esto se refleja claramente en Antes que anochezca, de Reinaldo Arenas, y Exilios, de Roberto Bolaño, donde los autores exploran cómo el exilio afecta profundamente la identidad y la percepción del hogar. Aunque Exilios y Antes que anochezca presentan dos perspectivas distintas sobre el exilio, ambas obras evidencian el poderoso y complicado control que nuestros países de origen tienen sobre nosotros.
Para empezar, entre del texto Antes que anochezca, Arenas explora cómo la experiencia de un exilio en Cuba era un incrustado con anhelo para su país. Entre el texto Mariel, Arenas elabora en el método de escapar de Cuba, haciendo un énfasis en las personas que fueron echados. Continúa su narración en el capítulo El Exilio, en donde él habla de su experiencia al ser exiliado como una condena de anhelo perpetuo y alienación. Arenas dice, “El exilio es una condena. Se vive con la esperanza de regresar y con la certeza de que ese regreso es imposible.” (Arenas 310). En esta parte Arenas está tocando en los sentimientos de la nostalgia eterna. Arenas describe el exilio como un estado de pérdida constante, donde la ausencia de Cuba lo persigue, aunque él entiende que no puede regresar. También elabora en cómo la experiencia en un nuevo país hace la transición difícil ya que en muchas situaciones no puedes convertirte en un local. Cuando está describiendo su vida nueva él dice, “En el exilio uno vive siempre con la sensación de que está de paso, de que el sitio donde se encuentra no le pertenece y de que uno tampoco pertenece al sitio donde está,” (Arenas 313). Es claro que la experiencia del exilio es una condición de alienación, aunque Arenas ha escapado de la dictadura, sigue siendo aislado y desconectado en su nuevo entorno. Entonces, podemos ver que a pesar de su libertad para escribir en el exilio, Arenas sigue sintiendo un profundo anhelo por Cuba, mostrando que tan fuerte es nuestra conexión con nuestro país de origen
Temas de las emociones complicadas del exilio continúan entre el texto, Exilios por Bolaño. Aunque habla del mismo tema de Arenas, toma una diferente perspectiva, en como Bolaño piensa que el exilio es una experiencia transformadora y de reinvención. Podemos ver esto cuando Bolaño dice, “Todo escritor tiene que irse. Viajar, exiliarse, aunque sea dentro de su propio país. Y si no, pues leer, que es otra forma de exilio.” (Bolaño 52). Esta parte se elabora en cómo el exilio es como catalizador de la creatividad: Bolaño sugiere que la distancia motiva la imaginación y la innovación literaria. En una vena similar Bolaño también toca en cómo el exilio se ofrece una manera para escapar de los gobiernos opresivos diciendo, “Para muchos, el exilio significa la libertad. Una libertad amarga, porque estaba teñida de pérdida, pero libertad al fin y al cabo.” (55). Esta parte muestra el exilio como una forma de escapar de la opresión: Aunque implica dolor, también permite una liberación intelectual y política. Aunque en todas estas maneras el exilio es algo muy transformativo, también es importante notar como Bolaño describe su identidad personal. Aunque ahora tiene estas oportunidades de crear y expresar, también continúa presentando como un chileno. El dice, “Yo soy chileno. Aunque haya vivido más años fuera de Chile que dentro, aunque escriba en cualquier parte, aunque en ocasiones parezca otra cosa, sigo siendo chileno.” (58). A pesar de su defensa del exilio como una experiencia enriquecedora, Bolaño deja claro que su identidad nacional sigue siendo una parte inquebrantable de su ser. Esto resalta la paradoja del exilio: aunque puede ser un espacio de crecimiento y transformación, la conexión con la patria original persiste en lo más profundo del individuo.
Debido a esto yo pienso que es claro que necesitamos discutir cómo el exilio muestra la construcción de la identidad. Entre los dos textos podemos ver que aunque el exilio es una experiencia que cambia la vida, Bolaño y Arenas coinciden en que el exilio no borra la identidad nacional, sino que la redefine. Podemos ver esto cuando Bolaño dice, “Uno se va, pero nunca deja de ser de donde viene. La distancia no borra el origen, solo lo transforma.” (Bolaño 57). Por decir, ‘nunca deja’ Bolaño está comentando en la permanencia de la conexión de dónde se viene. Arenas también habla de esta conexión permanente diciendo que, “Yo he dejado Cuba, pero Cuba no me ha dejado a mí. Vivo en Nueva York, pero mis sueños y mis recuerdos siguen en esa isla.” (Arenas 335). Esta conexión permanente continúa mostrando que tan fuerte es nuestra conexión porque aunque cambiamos y crecemos, continuamos siendo conectados.
Aunque estos dos textos muestren la conexión fuerte con nuestro país de crecimiento, podemos ver este tema en otras lecturas. Un otro ejemplo es el texto, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, Junot Díaz también explora el exilio. Este libro toca temas de una carga generacional, en cómo los hijos de los exiliados continúan siendo afectados. Díaz dice, “Se podría decir que la maldición familiar comenzó mucho antes de que naciera Oscar. Los pecados del padre recaen sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos.” (Díaz 154). Díaz muestra que el trauma del exilio no termina con la primera generación, sino que se transmite, afectando la identidad de los descendientes. Por esto, Díaz está añadiendo este lado del exilio desde la perspectiva de la familia. Díaz está trabajando en crear una nota de cómo el exilio es más que una experiencia individual, sino una colectiva. Díaz continúa con este tema cuando dice, “Una generación entera de nosotros, nacidos a la sombra de una isla que apenas conocíamos, criados por los ecos de sus gritos.” (214). Con esta perspectiva de Díaz podemos ver que la experiencia de extrañar a su país, y a ser afectado abarca tanto comunitariamente y generacional. Con los tres textos podemos ver que el exilio no solo es una experiencia de pérdida, sino también una reafirmación de la identidad a través de la memoria y la nostalgia. Para los escritores exiliados, la conexión no desaparece con la distancia, sino que persiste con la memoria. Como afirma Bolaño, “La patria verdadera de un escritor exiliado es su memoria“ (Bolaño 56)., mostrando cómo el pasado se convierte en un ancla para quienes han sido forzados al exilio. De manera similar, Arenas dice que “El exilio me ha hecho recordar más que nunca lo que significa ser cubano“ (Arenas 312)., mostrando cómo la distancia refuerza la conexión con nuestro país. Junot Díaz también explora esta idea por manera de decir “Jamás se trata solo de olvidar. El pasado siempre está allí, acechando.“ (Díaz 221)., sugiriendo que la memoria del exilio es ineludible y que el pasado sigue presente en la vida de los exiliados. Así, la nostalgia y el recuerdo no solo muestran la pérdida, sino que también funcionan como una manera de preservar y reafirmar la identidad como miembro de su país de origen.
En conclusión, El exilio es una experiencia profundamente compleja, llena de contradicciones y emociones opuestas. Como muestran Antes que anochezca y Exilios, el exilio puede ser tanto una condena de nostalgia y alienación como una oportunidad de reinvención y crecimiento. Sin embargo, lo que queda claro en ambas obras es que, aunque una persona abandone físicamente su país, nunca deja de estar ligada a él. La distancia no rompe la conexión con el lugar de origen; por el contrario, muchas veces la intensifica. Esta idea también se ve en The Brief Wondrous Life of Oscar Wao de Junot Díaz, donde el autor resalta cómo el exilio no es solo una experiencia personal, sino también colectiva, afectando tanto a las generaciones que nacieron después. Entonces podemos ver que la identidad de un exiliado no se borra, sino que se redefine a través de la memoria, el anhelo y la necesidad de preservar el vínculo con su patria. Por último, el exilio demuestra que nuestra relación con nuestro país es más que geográfica: es emocional, cultural y, sobre todo, inquebrantable.

Autumn Rivera
!Hola! Me llamo Autumn Rivera (o Otoño si quieres), y soy una estudiante en mi segundo año aquí en la Universidad de Chicago. Estoy estudiando La Política Pública y la Historia, mientras estoy consiguiendo un Minor en el Español. Yo soy de Colorado, pero mis padres son de Texas, por eso siempre me he considerado como una ‘tejana’ (una culminación de las culturas hispanas de México y Texas que puedes encontrar dentro de mi familia). El español es algo que siempre he querido mejorar; por supuesto por razones académicas, pero también para acercarme a mi familia. Fue mi honor tener la oportunidad de escribir este ensayo para ustedes, y espero que disfruten.
Bibliografía:
Arenas, Reinaldo. (1992) “Mariel” Descargar Mariel”, pp. 297-305; “El exilio Descargar El exilio“, pp. 310-314; “Los sueños Descargar Los sueños“, pp. 335-340. En: Antes que anochezca. Barcelona: Tusquets
Bolaño, Roberto. (2004) “Exilios Descargar Exilios“, pp. 49-58. En: Entre paréntesis. Barcelona: Editorial Anagrama, S.A., 2004
Díaz, Junot. The Brief Wondrous Life of Oscar Wao. Riverhead Books, 2007.